Este sábado 14 de diciembre decidimos pasar el día en la Feria de Cerveza Artesana de Navidad en Pozuelo de Alarcón. Llegamos a eso de las 13:30 al centro comercial el Zoco donde no vimos ningún cartel ni ambiente de feria, menos mal que el centro comercial es pequeño porque nos costó encontrar el local, hasta el punto que llegué a pensar queme había equivocado de sitio.
Una vez dentro no estaba muy animado así que, en vez de dar la vuelta al ruedo de rigor, nos fuimos directos a tomarnos la ya tradicional primera birra en Medina, donde cayeron la Medina Blanca de Castilla y una Medina 9 Maltas con una levadura nueva que cambiaba mucho respecto a la habitual. Como llegamos muertos de hambre y la comida del local no nos acabó de convencer salimos al centro comercial a comernos rápidamente una sabrosa y enorme hamburguesa.
De vuelta en el Rincón del Zoco ya nos encontramos con Isidro y Vika de Zumo de Cebada y con Gonzalo y Benja de Humulus Lupulus con los que pasamos muy a gusto el resto del día compartiendo birras. Empezamos por la Keltius Miño, una Belgian IPA con lúpulos gallegos Columbus y Nugget y la Milana Tostada una Amber Ale que nunca defrauda.
Mientras nuestros compañeros blogueros daban buena cuenta de un señor cocido nos sentamos en una mesa para degustar tranquilamente la Keltius Mosteiro, una riquísima Belgian Strong Ale. En la mesa nos asediaban continuamente los camareros que nos ponían mala cara al ver que no pedíamos nada de comer, hubiese jurado que nos querían echar de allí si no fuese porque en el desolado local había tropecientas mesas vacías. La pena es que a la gente que estaba comiendo y pidiendo cañas de la barra, nos les ofrecían probar la cerveza artesana, al igual que nos hicieron a nosotros con el cocido.
En nuestro afán por llevar la contraria decidimos quedarnos en la mesa y tomarnos otra cerveza con calma, en este caso le llegó el turno a la Milana Vudú, una impresionante Imperial Oatmeal Stout colaboración con Alfa-Dog Brewery que en mi opinión fue la revelación de la feria, una de las mejores Imperial Stout nacionales que he probado.
Después nos pasamos por el puesto de Tian Beer, que elaboran la cerveza como afición sin ninguna ambición económica en la Escuela Beijing, un centro de investigación y desarrollo de medicina tradicional en Cuenca. Allí probamos las ligeras Nora y Monasvento, la especiada Idílica elaborada con romero y lavanda y como postre la Pantera una Black Ale, por poner algo, que en mi opinión es la mejor de todas ellas.
Mirando a nuestro alrededor, los puestos de cerveza no tenían gran protagonismo, quitando nuestro grupo no se veían apenas vasos de feria, la poca gente que había estaba sentada en la mesa bebiendo cañas de Heineken y vino mientras veían la tele. El ambiente no sólo no mejoraba sino que pintaba que al terminar el partido nos íbamos a quedar solos. Mientras reflexionábamos sobre ello parece que la organización nos escuchó porque aún estando el local vacío decidieron hacer la cata organizada en la mesa donde estábamos sentados, y nos invitaron amablemente a cambiarnos a otra de las mesas vacías.
Fueron cayendo la Dubbel de El Secreo del Abad, una Imperial Stout de Espiritu Clandestino, mi querida Medina 888, una cerveza rusa de nombre indescifrable, un lupulado secreto que aún no se puede desvelar y repetimos la Keltius Miño y la Milana Vudú.
Como ya se veía que los barriles pinchados no se iban a terminar Alberto nos sacó una botella de su Keltius Quadrupel 2013, una muy recomendable Quadrupel navideña de 10% compleja, muy especiada pero con equilibrio de sabores que nos sorprendió muy gratamente, otro de los grandes descubrimientos de esta feria.
El momento cumbre del día fue el llenado del copón de 2,5 litros de Keltius Mosteiro que compartieron con todos los productores y clientes que nos sirvió para echarnos unas buenas risas.
La verdad es que como siempre nos lo pasamos en grande pero ha sido una pena que la feria estuviese tan muerta. Puede que la ubicación no fuese la ideal, la difusión no funcionó, el local con muchísimas mesas estaba más orientado a dar comidas y sus empleados, no sólo trabajaban completamente ajenos a la feria sino que hacían la competencia. Por el lado bueno se empieza a notar el grado de madurez en ciertos productores que comienzan a estar un escalón por encima de los demás como en este caso fueron Medina, Milana y Keltius.