Sonó el despertador por la mañana y una pequeña sonrisa en mi rostro cambiaba mi mala cara habitual, este va a ser un buen fin de semana. Tras un lapso de varias horas de curro, una comida y una pequeña siesta nos pusimos en marcha, tarde y con prisas, a la AMCA, con nuestra puntualidad habitual nos perdimos la inauguración.
Al llegar, decidimos dar una vuelta de reconocimiento inicial en la que ya empezamos a encontrarnos conocidos. Primero nos encontramos con Joserra, uno de los organizadores, bastante nervioso, corriendo de un lado a otro y preocupado porque todo saliese a la perfección. Al pasar por el stand de Yria nos reconoció Ernesto que nos habló de sus cervezas y de un interesante proyecto que está preparando para este verano en Noblejas del que hablaremos en breve en el blog. No habíamos acabado a vuelta y nos encontramos con Nicolás, de Cervecería L’Europe, que estaba con las “personalidades” del evento haciendo una vuelta al ruedo inicial muy diferente a la nuestra, parando y catando uno a uno todos los puestos. Cuando nos dimos cuenta la ronda se había alargado y llevábamos un buen rato con el vaso vacío, basta de cháchara y al lío.
Aunque ya tenía una pequeña lista de cervezas a probar el viernes, en nuestra línea, incumplimos desde la primera. Queríamos empezar por algo suave así que pasamos por en el stand de La Virgen donde probamos la Lager y la Jamonera y nos llevamos unas bonitas chapas. No pudimos pasar por Domus sin mirarnos de reojo y correr a pedir la Pacific y la EPA, como ya es habitual, todo lo que sale de esa cervecera es impresionante, un placer charlar un ratillo con ellos.
Seguimos andando sin rumbo fijo cuando nos decidimos a probar las Spigha Voramar y Na Valora. Para mí definitivamente la gran sorpresa de la feria, cervezas impresionantes elaboradas con cariño y pasión por cerveceros amables y simpáticos, qué más se puede pedir. Tras un paréntesis para comernos una mini hamburguesa, rica pero escasa, nos pasamos por Cervezorama y charlamos un ratillo con ellos mientras probábamos las Rogue Oregasmic Ale y la Dead Guy. Seguíamos con hambre así que nos decidimos por lo más gocho que encontraos, los bollos “preñáos”, os podéis imaginar que para acompañarlo había que pasar a birras más fuertes.
Creo recordar que de camino, mi memoria de ese momento empieza a flaquear, nos encontramos con Rodrigo, duque y dictador de Jardín del Lúpulo, y Mikel, organizador del BBF, charlamos un ratillo y probamos la Mammooth Hécate, una imperial stout me gusta masticarla y este no era el caso. Como estábamos secos seguimos la ronda.
Fuimos directos a Naparbier a por la ZZ+, no me puedo resistir al careto de Billy Gibbons en un papel plastificado, puedo mojarme y decir que para mí fue la mejor de la feria. Por supuesto les preguntamos por la Undead y la gran noticia es que, debido al éxito que ha tenido, la volveremos a ver en las tiendas y en mi nevera. Ya que estábamos alado del Cervecero y viendo tanto cartel de IPA me probamos la Emelisse Black IPA, perfecta para ese momento.
Ya era tarde y quedaba poco para la hora de cierre así que para terminar, nada mejor que un postre, fuimos por la Southern Tier Choklat que tenían pinchada en Cervezorama. Tuvo mucho éxito pero en pocos tragos me cansó, nunca pensé que diría esto pero, demasiado chocolate para nosotros.
Al acabar la tarde muchos de los asistentes continuaron la fiesta en Irreale, nuevo bar en el barrio de Malasaña pero nosotros decidimos que era mejor ir pronto a descansar, para estar el sábado a pleno rendimiento.
La intención era meter los tres días en una sola entrada pero no he sido capaz de resumir, en próximas entradas prometo enrollarme menos 🙂